Colaboración con Enrico Pieranunzi en el Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS)

El próximo 15 de marzo de 2015 tendré la inmensa suerte de compartir escenario en el Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS) con el genial pianista de jazz italiano Enrico Pieranunzi.

Enrico Pieranunzi

El programa, titulado Un sueño barroco, incluirá improvisaciones sobre obras desde el siglo 15 hasta el 18. Por si hubiera algún despistado que no conozca a Enrico, el simple hecho de mencionar que ha compartido escenario con músicos como Chet Baker, Lee Konitz, Marc Johnson, Joey Baron, Chris Potter, Paul Motian, Kenny Wheeler, Johnny Griffin, Jim Hall y Charlie Haden, entre muchos otros, le servirá para hacerse una idea de su trayectoria. El hecho de que, hipotéticamente, a partir del 15 de marzo se me pudiera incluir en la versión completa (no en la selección abreviada) de esa lista llena de gigantes, me honra y me aterra a partes iguales.


Enrico y yo hemos escrito un texto cada uno para las notas al programa del concierto. Aquí va el mío:

«Desde el momento en que empezó a concebirse la posible colaboración para este concierto con un músico tan admirado por mí como Pieranunzi, no pude sino pensar en ella como un regalo; una oportunidad que debo al director del FeMÀS, Fahmi Alqhai, y su demostrado olfato a la hora de concebir nuevos proyectos, y a la generosa aceptación del propio Enrico, quien no ha puesto un solo reparo a la hora de adentrarse en territorios para él posiblemente inexplorados hasta la fecha, y tan lejanos (en estilo, no tanto en espíritu) del jazz, su lenguaje habitual, en el que se maneja con tanta brillantez. A los dos, desde estas líneas, mi más sincero agradecimiento.

Si bien Pieranunzi ha demostrado ser un profundo conocedor de la obra de los autores barrocos incluidos en nuestro programa (Bach, Händel y Scarlatti), a los que ha dedicado dos interesantísimas grabaciones en las que no solo interpreta sus obras, sino que —como no podía ser de otra manera— improvisa sobre ellas, será ésta la primera vez que se acerque a los repertorios más antiguos seleccionados para este proyecto, que por su lejanía en el tiempo y características propias suelen resultar remotos y poco frecuentados incluso entre una gran parte de los propios intérpretes especializados en música antigua. Entre ellos, el antiguo cantus firmus del siglo 15 conocido como La Spagna, tantas veces usado en la época como estructura para la improvisación y para nuevas composiciones; o la famosísima canción renacentista Susanne ung jour de Orlando di Lasso, que con tanta frecuencia llamó la atención de los antiguos maestros, de los que se conservan numerosas versiones glosadas de la misma; o bien el bajo de la passacaglia, tan popular y tan usado en el siglo 17 como base melódico-armónica de tantas composiciones.

Debo admitir que, en el momento de escribir estas líneas, el fruto de esta colaboración es tan imprevisible para mí mismo como seguramente lo sea para Enrico e imagino que para el propio público que asista al concierto. Pero al mismo tiempo dejo constancia de mi fe total en los complejos y elusivos mecanismos que, a través de la improvisación, facilitarán nuestro diálogo y la comunicación con el público, además de la creación espontánea: ese arte efímero, frágil y a la vez tan lleno de vida».

Vicente Parrilla — Foto: Óscar Romero

Y este es el texto que ha escrito Enrico para presentar el programa (traducción del italiano de Ivan Pivotti):

«Hace unos años escribí una entrevista imaginaria con Domenico Scarlatti (tenía lugar en Aranjuez, en 1750) donde le preguntaba en un momento dado qué pensaba él… del jazz. Le expliqué sintéticamente de qué se trataba y él me contestó que, si la cosa era tal como yo se la conté, ese “jazz” no era entonces algo tan diferente de la música que él mismo hacía. No es una idea demasiado extraña que Scarlatti y los otros grandes de la música barroca hayan sido unos músicos de jazz “adelantados”. Ralph Kirkpatrick, en su maravilloso y fundamental ensayo-biografía sobre Scarlatti, refleja la misma opinión. La clave del asunto está, naturalmente, en la práctica de la improvisación pero también en el hecho de tocar siempre (o casi) composiciones propias. Pero lo que más acerca dos épocas y dos mundos tan lejanos es la mentalidad de no considerar la partitura escrita como algo sagrado, inmóvil e inmutable, sino de abordarla como una fuente a la que nos acercamos para contar nuestra propia historia y para dar vida a un invento personal y a una forma de ese momento.

Esto es lo que intentaré hacer en el concierto de Sevilla del 15 de marzo próximo. Será un desafío nuevo para mí. Acostumbrado a tocar en formaciones de jazz de varios tipos (sobre todo tríos con contrabajo y batería, pero también cuartetos, quintetos, etc.), será la primera vez que tocaré al lado de una flauta barroca y de un gran especialista de este instrumento y de las músicas compuestas para ello como Vicente Parrilla. Para afrontar exitosamente este desafío no tendré otras herramientas que esa actitud mental, o sea la de dejarme llevar por el flujo de los sonidos y su misterio e intentar establecer con las flautas de Vicente esa relación muy física que es uno de los secretos (no muy secreto, en realidad, pero sí muy poco conocido) más importantes de quien toca jazz.

Estoy convencido de que nuestro encuentro será un “sueño” muy bello y que el público, una vez olvidadas las diferencias de épocas, géneros y estilos, asistirá a algo original, único y extremadamente adictivo.
Milagros de la improvisación, milagros… barrocos».

Enrico Pieranunzi

amazonapplefacebookinstagram-iconsoundcloud-iconspotifyspotifytwitter-iconvimeo-iconwordpress-iconyoutube-icon