«Como es bien sabido desde hace más de siete siglos»

Como ocurre a menudo, hace poco he visto a alguien compartir en una red social uno de esos memes que suelen ser tan cachondos y certeros (no es el caso), esta vez sobre la forma en que mucha gente, desafortunadamente, suele ver la flauta hoy en día. Esta visión está basada en la principal (normalmente la única) forma en que llegan a conocerla: con frecuencia, como juguetes de plástico de fabricación industrial en masa, pésimamente diseñados y de venta en supermercados, asociados a su uso actual en escuelas primarias — que no es precisamente donde mejor suena. Esta visión, obviamente, no es ni completa ni justa.

La experiencia que la persona que compartió la imagen en cuestión debe de haber tenido con la flauta se parecerá bastante a lo que acabo de describir: obviamente, a mí me suena mal también. Pero yo diría más: si hiciéramos lo mismo con cualquier otro instrumento musical, fabricando reproducciones industriales en masa de plástico barato. Sí, imagina una guitarra, un violín o un saxofón de plástico barato: ¿cómo de bien sonarían? ¿podríamos si quiera compararlos con los resultados conseguidos por un meticuloso artesano con experiencia y años de oficio?

Flauta alto tipo «Ganassi» de Bob Marvin, vista lateral. Foto: Oscar Romero, beautifulrecorders.com

Pues justo así se construyen también las flautas de buena calidad. A veces en el seno de negocios familiares que han perdurado décadas, durante las cuales han compartido y heredado experiencia, secretos y hallazgos acumulados durante años. Vamos a nombrar a alguna de estas familias: los Rauch von Schrattenbach, Schnitzer, Bassano, Hotteterre, Stanesby, Bressan o los Denner son solo algunas de las familias de artesanos que han producido consistentemente toda clase de instrumentos de viento de la mayor calidad, incluyendo flautas. Cuando imagines una flauta, piensa en ellos en lugar de en algunas de las flautas actuales producidas en masa como las Hohners u otras.

Y lo más importante: tanto el compromiso, la dedicación, el celo y cuidado extremos que pusieron en ella los antiguos maestros artesanos (también muchos actuales) en el proceso de su construcción —alcanzando un elevado nivel de refinamiento y perfección técnica y sonora— como la forma en que se ha llegado a tocar, demuestran perfectamente la respuesta de David Lasocki ante esa imagen:

«La flauta de pico produce música celestial, como es bien sabido desde hace más de siete siglos».

David Lasocki

Me resultaría muy difícil expresarlo de forma tan concisa, brillante y certera.


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